Juegas con la sensualidad de mí ser,
sacudes locamente mis letargos 
a la par que mi lápiz dibuja mapas de mi vientre anhelante.
Me susurras al oído poesía erótica
al cerrar la puerta donde quieres encontrarte con mis senos desnudos
y mil sensaciones aún tímidas.
Mi lápiz no logra describir el sabor de tus besos sobre mi piel,
ni dibujar el arco de mi espalda que provocan tus dedos sobre ella,
menos aún cuando tus labios cruzan el umbral húmedo de mi intimidad.
Te amo entre temblores y latidos intensos de éxtasis,
te amo entre rastros de mi pluma que no puede describir tus sabores,
entre lo irremediable de nuestro disfrute de caricias deseadas
dadas y recibidas a la orilla de nuestra cama.
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