Sí llegara el momento en que mis brazos
Dios los convirtiera en alas,
en el cielo inmenso
con ellas te arroparía para que nunca sufrieras.
Sí mi alma se cubriera de tonalidades grises,
Mi piel perdiera su frescura para abrir las entrañas de la tierra,
Podría desplazarme libre
Llevándote conmigo hasta donde nace el amor.
Sí mis pies dejaran de caminar y partieran errantes
de esta ya insufrible vida,
en el silencio de un segundo produciría la partida.
Sí mi boca guardase lo que el corazón te calla
recuerda que eso son meramente palabras,
recuéstate en mi hombro, cierra los ojos
e imagina…
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