Al notar mi silencio, retiró con sutileza mi cabeza de su cuello, se postró de frente a mi… Mi cabello largo se me venía a la cara y Ángel con mucha delicadeza lo regresaba a su lugar intentando, en vano, meterlo de nuevo al rulo, recargó su barbilla en sus rodillas, me regresa el abrazo para recargar mi espalda sobre la cama y quitar prenda por prenda que llevo puestas… antes metió sus manos entre mi blusa, me tocó, percibí sus manos muy cálidas pero a la vez ardientes sobre mis senos, nos desnudamos. Esta vez el vernos desnudos fue de otra manera, esta vez ambos llevábamos caricias aprendidas, poco a poco descubrimos partes ocultas de nuestros cuerpos, las que acariciamos mil veces, hasta detenernos para hacer el amor. Percibí el calor que su cuerpo desprendía junto al mío, como su miembro penetraba lenta y suavemente dentro de mí. Se mezclaba nuestro sudor, como empapamos las sábanas al ritmo de los latidos de los corazones.
Miré su rostro imaginando el mío al verme reflejada en sus ojos, con mucho placer. Fue una fusión entre su cuerpo y el mío que me estremeció de placer al sentirnos vibrar al mismo tiempo,
Ángel se sentó con mucho cuidado recargando su espalda sobre el tronco. El amanecer se acercaba y tendríamos que volver.
- ¡Lo siento, Ángel! No me queda mucho tiempo. Los niños no se dieron cuenta de que me escapé, supongo que siguen durmiendo pero no quiero pensar que harán si se dan cuenta de que su mamá se escapó. Te amo.- mientras un beso tierno nos volvía a apasionar.
Esa noche hicimos el amor de otra manera, en silencio, con sutileza, con dolor, con amor contenido, cobijados por muchos recuerdos, entre suspiros, mirándonos, estallando de placer, como no lo habíamos hecho antes ni hace 15 años ni recientemente que nos reencontramos. Ahora sola inmersa en la paz de mi habitación, su voz me recorrió el cuerpo, lo que casi se convirtió en lamentos. Esa mañana también quise besarlo y amarlo… pero al mismo tiempo alejarme y salir huyendo… pensaba en que nunca podré amarlo abiertamente. Para todo el mundo este amor es equivocado aunque siga creciendo. No podremos estar juntos la distancia del tiempo transcurrido sigue separándonos, somos distintos.
Tal vez no volveremos a vernos, quizá no regresaremos a esa relación que ayer nos consumía y que nunca olvidaré. Ya no quiero pensar, mucho menos qué hacer o lo que pueda suceder con los dos. Sé que Ángel sólo puede estar en mi mente y debo ocultarlo tras algo que lo aparente. De cualquier manera siempre que lo necesito nunca está…
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